Un muerto, un herido de consideración y heridos leves dejó el ataque perpetrado por delincuentes con armas de fuego, contratados por un grupo empresarial, contra un grupo de comuneros de los caseríos ubicados en la carretera Panamericana que conduce a Chiclayo. El hecho de sangre ocurrió la mañana de ayer jueves, después de una asamblea comunal en la que los pobladores trataron el problema que significa para ellos que una empresa esté cercando miles de hectáreas ubicadas a unos 5 kilómetros de la carretera Panamericana, lado izquierdo, más allá de las torres de transmisión eléctrica, las cuales habrían sido vendidas por la Comunidad San Juan Bautista de Catacaos sin el conocimiento, menos el consentimiento, de las poblaciones asentadas a lo largo de la citada carretera, desde el caserío San Pablo del distrito de Catacaos, hasta el caserío Mala Vida, distrito de Cristo Nos Valga, en la provincia de Sechura. Lo refirió la señora Teresa Inga Imán, madre de Pedro Luis Inga Inga, de 29 años, a quien una bala le atravesó el cuello y se le alojó en la espalda, encontrándose en el hospital de Santa Rosa a la espera de que le operen para extraerle el proyectil. Ellos son naturales de Zona Letigio, jurisdicción del distrito de Cura Mori.
Peor suerte tuvo Guadalupe Zapata Sosa, de 26 años de edad, natural de Sinchao Grande, El Tallán, quien falleció al recibir un balazo en el pecho. Deja huérfanos a dos niños, un hombre y una mujer.
La señora Teresa Inga manifiesta que cuando los pobladores iban a la zona donde la empresa viene cercando los terrenos, fueron atacados a traición por matones contratados por quienes reclaman como suyas estas tierras.
Los terrenos en conflicto son utilizados por los campesinos para pastar su ganado, cortar leña y recoger algarroba, actividades que ya no podrán realizar al privatizarse la zona.
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