A las 10:22 pm del día sábado 04 de mayo, murió Javier Diez Canseco Cisneros, víctima de un cáncer al páncreas contra el que luchó por casi tres meses, y que ni siquiera le impidió enfrentar su última batalla política contra una suspensión impuesta por sus enemigos ideológicos.
El guerrero más importante de la izquierda peruana en los últimos años reposa ahora después de infatigable lucha. Fue el congresista que la población y la clase política identifican con la izquierda en el Perú.
Javier, internado, no dejó de batallar. Ahí, desde la clínica, entabló su última lucha contra una suspensión netamente política promovida por sus enemigos, los antiguos y los nuevos.
Desde su escaño y en las calles, Diez Canseco siempre fue así. Son más que conocidos varios de sus destapes de casos de corrupción y otras muchas luchas sociales, aunque la mayoría de ellas llevan anónimamente su firma.
Los que lo conocen saben que no le gustaba figurar, pero en el Congreso construyó a pulso un gran prestigio. Es considerado como uno de los legisladores más importantes que ha tenido el Perú. También se ha ganado un lugar entre los más destacados en América Latina con una constante participación en el reconocido Foro de Sao Paulo.
Ha partido con apenas 65 años de edad. Ha sido parlamentario desde 1978, cuando ingresó al Congreso como diputado por Lima. Aunque incursionó en los debates ideológicos en 1970 como presidente del Centro Federado de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) y, al año siguiente, como presidente de la Federación de Estudiantes de la misma casa de estudios.
Durante esos años se hizo militante de Vanguardia Revolucionaria junto a Ricardo Letts Colmenares, Edmundo Murrugarra, Humberto Rodríguez Pastor, entre otros.
En la universidad, Diez Canseco también colaboró en el órgano de difusión del Frente Revolucionario de Estudiantes Socialistas, llamado Rebelión. Promovió un paro de trabajadores y estudiantes que culminó en su expulsión. Luego fue a La Oroya a desarrollar el frente minero. En ese ínterin lo conoció el historiador Antonio Zapata.
"Entré a la política por la náusea que me producía el poder, que yo vi en acción en mi práctica en un estudio de abogados", contaría el congresista Diez Canseco en una de las tantas entrevistas que concedió.
EL FISCALIZADOR
Diez Canseco también ha sido una especie de Sherlock Holmes del congreso peruano. Conocedores de su función fiscalizadora han sido Alberto Fujimori y Alan García. Incluso, en el actual Parlamento Nacional, los apristas lograron presionar a los nacionalistas para que no lo colocaran como titular de la denominada "Megacomisión".
Este perfil lo llevó a ser blanco de constantes amenazas y atentados contra él y su familia. Pero eso no ha impedido el reconocimiento de la gente, que con su voto lo mantuvo en su escaño; una confianza que también le permitió fundar su propio Partido Socialista(PS), aunque no le alcanzó para llegar a la Presidencia de la República.
"Siento que la gente me tiene afecto, pero que me reprocha haber sido poco pragmático y demasiado principista", dijo en una entrevista.
Y a pesar a lo mediático de sus posturas firmes, el hombre de sonrisa escondida y cejas pobladas también esconde un lado que no le permitía descuidar a sus seres queridos.
Abraham Valencia, dirigente del Partido Socialista, contó en su blog un capítulo sobre ello: "Un día alguien del equipo le dijo "Javier, el domingo nos esperan en Ate al mediodía", a lo que respondió automáticamente: "Imposible. Pídanles a los compañeros que lo pasen para más tarde", "¿por qué?', preguntó uno de los presentes. "Le prometí a mi nieta que almorzaría con ella", respondió.
Varios de sus colegas aseguran que es una clase de parlamentario de una escuela que tiende a desaparecer, porque hoy con el debilitamiento de la ideología partidaria, lo que los partidos buscan es consolidar un voto. Es por ello que su colega partidaria Rosa Mavila asegura que el verdadero mensaje es que la política tiene y debe "ser un bien común y no algo de criterios individuales".
Por esta razón el féretro de Javier Diez Canseco no ingresó hoy martes al Congreso de la República y sólo recibió un homenaje en la Plaza Bolívar.
Por esta razón el féretro de Javier Diez Canseco no ingresó hoy martes al Congreso de la República y sólo recibió un homenaje en la Plaza Bolívar.
Los restos de Javier recibieron hoy martes al mediodía, el homenaje de los congresistas y trabajadores del parlamento frente al edificio de la plaza Bolívar. Posteriormente su cuerpo fue cremado. |
Más de cuatro décadas de presencia protagónica en la historia política del Perú, tanto desde el anonimato como en la escena pública, se van así con el compromiso de que el Partido Socialista pueda llevar adelante la tan buscada alianza de izquierdas, hoy confluidas en la llamada Fuerza Ciudadana.
"Nos comprometemos firmemente a seguir el ejemplo de Javier, seguir luchando sin vacilaciones por los cambios estructurales que el Perú demanda, en una frase: ser más humanos cada día para que el país y el mundo lo sean", dijo el PS en un comunicado oficial.
Todos saben que la suspensión en su contra, más que amedrentarlo, lo indujo a continuar con su trabajo. Ahora solo queda hacer eterno su legado.
¡Descansa en paz, estimado Javier!
TRAYECTORIA
Diputado Constituyente. 28 de julio de 1978 – 28 de julio de 1980.
Diputado por lima. 28 de julio de 1980 – 28 de julio de 1985.
Senador de la República. 28 de julio de 1985 – 5 de abril de 1992.
Congresista de la República. 28 de julio de 1995 – 28 de julio de 2000.
Congresista de la República. 28 de julio de 2001 – 28 de julio de 2006.
Congresista de la República. 28 de julio de 2011 – 4 de mayo de 2013.
Fuente: diario La República
Javier Diez Canseco Cisneros un hombre probo.
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