En un rápido recorrido por los principales lugares del asentamiento humano Santa Rosa, en el nuevo distrito "Veintiséis de Octubre", pudimos observar lo bueno, lo malo y lo feo de un barrio que el 17 de este mes cumple 51 años de creado.
Su mercado ha sido recientemente pintado por una firma comercial, lo cual le da una mejor presentación exterior, pero todos los días en horas de la tarde, su parte lateral izquierda es invadida por individuos que se dedican a jugar casino y que generan temor en quienes transitan por el lugar. Hace falta que el serenazgo municipal y la policía nacional realicen su labor de brindar seguridad a la ciudadanía, interviniendo a estos sujetos que quizás vivan al margen de la ley.
Además de eso observamos que un amplio terreno libre que colinda con este centro de abastos y la parroquia de Santa Rosa, está convertido en un muladar que brinda un deprimente aspecto. A pocos metros, en la pared del complejo parroquial un letrero pintado hace muchos años indica que allí se construirá el parque zonal de Santa Rosa, un sueño que no se ha hecho realidad.
Pero, sí encontramos algo positivo en nuestro recorrido: El nuevo templo católico que la misma comunidad encabezada por su párroco y el apoyo de un ente gubernamental, viene levantando. El frontis luce majestuoso, aunque faltan todavía los acabados.
Así encontramos al barrio en el que crecimos desde nuestros primeros días de vida y en el que seguimos viviendo con la esperanza de seguir contribuyendo a su desarrollo.
Así encontramos al barrio en el que crecimos desde nuestros primeros días de vida y en el que seguimos viviendo con la esperanza de seguir contribuyendo a su desarrollo.
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